Las redes sociales y la gastronomía

Las redes sociales e internet han venido para quedarse en el mundo de la gastronomía. Primero llegaron en forma de recetarios de cocina, luego descubrimos juegos de consola para aprender a cocinar, más tarde los smartphones trajeron las app y su nuevo universo de aplicaciones, y ahora las tablets han consolidado un sector que apuesta por acercarse al consumidor y atraerlo a los establecimientos desde la vertiente social, lo que se traduce en nuevas oportunidades de negocio.

Y para demostrarlo, traemos varios ejemplos:

Qlikbar, interactuar con camareros y clientes
Viene de la mano de un grupo de jóvenes analistas, publicitarios y consultores de Valencia que ha desarrollado una aplicación de móvil que permite consultar el menú de un bar o restaurante, hacer pedidos sin necesidad de esperar al camarero, interactuar con el resto de clientes y que también actúa como una guía de locales para ayudarnos a descubrir sitios nuevos.

Qlikbar se ha he hecho pública hace unas pocas semana y ya tiene registrados casi un millar de usuarios y medio centenar de locales, gracias al uso que hace de otras herramientas como la tecnología de geolocalización y los códigos QR.

De momento, Qlikbar está disponible en la web y también en Google Play para sistema Android, aunque ya anuncian que en breve se podrá utilizar por usuarios de otro tipo de smartphones.

Instagram Menú, complemento de la carta de restaurante
Cada vez es más habitual que compartamos fotografías a través de redes sociales como Instagram de aquellos platos que más nos llaman la atención. Puesdonde otros vieron un problema, los responsables del Restaurante Comodo−ubicado en el Soho de Nueva York y especializado en cocina latinoamericana— vieron una oportunidad de negocio. Confiaron en una de las redes sociales más populares para compartir fotos y ofrecer a sus clientes un complemento de la carta del restaurante; en definitiva, captar clientes.

Nació así su carta de restaurante 2.0. La descripción de los platos tiene un apoyo visual a través de las fotos que los clientes comparten en Instragram, además de comentarios y opiniones sobre el mismo, creando una promoción que de otra manera costaría muchos miles de euros conseguir.

Además, el restaurante ha creado un hashtag (etiqueta de almohadilla) especial#comodomenu para hacer el establecimiento aún más accesible y geolocalizando las fotos, de manera que los comensales pueden consultar todos los detalles del platos y la opinión de otros clientes ante de decidirse por este local.

El Bulli cabe