“Yo era chef en Bruselas y no me gustaba el pan que me servían, hasta que decidí que quería un pan artesano, como el que recordaba de niño”, fue entonces cuando decidió elaborar el pan para su restaurante, un negocio que amplió como lugar para compartir e invitar a la charla.

“No tengo la llave del éxito”, explica a EFE Estilo, porque asegura que en su caso “el azar” ha jugado una baza importante para que su propuesta haya sido bien acogida en cualquier parte del mundo.

“El mundo se ha convertido en un pueblo y la televisión ha reducido la distancia entre distintos continentes. La gente comparte la misma tecnología telefónica”, y eso para Coumont hace que quizá los neoyorquinos piensen que entrando en “Le pain quotidien” se lleven un “poco de Francia o de la Provenza”, mientras que quizá los japoneses encuentren su cocina un tanto “exótica”.

Descarta que alguien no cruce la puerta de su restaurante pensando que las delicias que ofrece en su menú y su escaparate le hagan subir de peso, y sentencia: “el pan no engorda”.

Evolución creativa

Reconoce en su propuesta una idea refrescante en la que intentó superponer varias esencias: un pan excelente, productos frescos, un lugar acogedor, “para estar como en casa”, pero al mismo tiempo que sirviera para compartir experiencias entre unos clientes y otros.

En ello, tuvo mucho que ver la disposición de mesas alargadas en la que los clientes se sientan sin importarles quién esté al lado, precisamente con la intención de ampliar sus horizontes.

“Siempre hay una evolución creativa”, advierte al detallar que la preocupación por la salud nos hace estar más alerta que nunca sobre lo que comemos, de ahí su apuesta por los productos orgánicos y saludables.

Desvela que entre todas sus creaciones de la que más se siente orgulloso es de la flauta con nueces y pasas, “con queso azul por encima: superbe (excelente)”, asegura.

“Hemos hecho de la cocina algo sofisticado y nos olvidamos de lo sencillo”, comenta al decir que entre sus preferencias también se encuentra una de las sopas de su restaurante.

Mermeladas, aceite, tomate o infusiones, además de café, la oferta es generosa y muy variada en estos locales que van hacia un concepto nuevo de espacio como aseguran sus responsables en España.

Focalizados en desayunos y comidas, las tardes se abren a un espacio de arte y convocatoria, donde tienen cabida exposiciones coordinadas con el Museo Reina Sofía de Madrid, además de espacio para conciertos y eventos. Un espacio en expansión que se multiplica. EFE